En la planificación y diseño de los espacios verdes se preservaron tres
hectáreas de bosque, la recreación de humedales, y conservación de
especies autóctonas, no sólo por su adaptabilidad al medio, sino también
para reforzar el concepto de La Reserva como un barrio privado NATURAL y
DIFERENTE.
En cuanto a las especies arbóreas, predomina el “Ibirapitá”, una especie
de floración llamativa de gran porte que recorre todo el perímetro,
resaltando las calles, los ingresos y los puntos importantes. Además de
los lapachos, eucaliptus y álamos.
Asimismo, se buscaron recuperar de los montes existentes las especies
más significativas, haciendo de este un emprendimiento inmobiliario pionero en sustentabilidad, defensa del medio ambiente, y preservación de aves y otros animales.
Sin lugar a dudas, el LAGO es uno de sus principales atractivos, con una extensión de 20 metros para disfrutar de su espejo de agua en todo momento y durante todo el año.